El diagnósticode la EP es fundamentalmente clínico y se realiza en base a la historia clínica y exploración neurológica de la persona, ya que no existe en la actualidad un marcador bioquímico. Se pueden realizar pruebas complementarias para descartar otros posibles trastornos.
Los síntomas deben incluir la lentitud de movimientos (bradicinesia) y, al menos, uno de los siguientes más:
Temblor en reposo*.
Rigidez muscular.
Inestabilidad postural.
*La falta de temblor en reposo no excluye el diagnóstico ya que puede estar ausente en el 30% de las personas afectadas.